16 de junio de 2010

Puerta giratoria para un represor


Por Raúl Arcomano

Detuvieron en Baradero a un ex suboficial y a los tres días decidieron dejarlo en libertad.
El tipo colgó la ropa de fajina en un placard. Y se camufló en democracia. Como tantos otros. El suboficial retirado Abel César Scollo se probó el traje de periodista. Lo usó bastante. Hasta llegó a tener una radio, FM Tiempo, en su pueblo de toda la vida, Baradero. En la puerta de esa radio lo detuvieron el martes, acusado de delitos de lesa humanidad. Tuvo suerte: en la indagatoria no declaró y como premio recibió su excarcelación. Al final, los promotores de la mano dura en la provincia de Buenos Aires tienen razón: los delincuentes entran por una puerta y salen por la otra.
La detención de Scollo había sido ordenada –con ostensible demora– por el juez federal de San Nicolás, Carlos Villafuerte Ruzo. La venía reclamando desde noviembre último el fiscal federal Juan Patricio Murray. El ex cabo fue llamado a indagatoria porque está imputado como partícipe necesario de nueve secuestros, ocho casos de torturas, cinco homicidios, cuatro robos calificados y seis allanamientos ilegales cometidos durante la última dictadura cívico-militar. Villafuerte Ruzo labró la orden de detención y se tomó licencia. El juez subrogante, Alberto Martín Martínez, decidió dejarlo en libertad. Considera que no es una persona peligrosa para la sociedad: “Scollo fue liberado porque nos garantiza que no se fugará y colaborará con la causa”.
La Secretaría de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires repudió la decisión del juez Martínez. Sara Derotier de Cobacho manifestó su “asombro” por la medida: “El juez decidió liberarlo a pesar de que Scollo no declaró y no aportó ningún dato”. La funcionaria está preocupada por la situación de los testigos: “Porque ya sufrieron reiteradas amenazas y resulta un peligro que esta persona goce de libertad mientras se define su situación procesal”. Cobacho había denunciado a Scollo en 2004.
Scollo –al que apodan El Chancho Tirador– tuvo sus quince segundos de fama en marzo. Fue luego de unos incidentes que hubo en Baradero tras la muerte de dos jóvenes en un accidente de tránsito. Por la sospecha de participación policial, muchos de los vecinos descargaron la bronca contra la municipalidad, la radio y algunos comercios. En ese momento Scollo fue la voz de muchos canales de noticias. Su voz y su imagen visibilizaron su oscuro pasado.
A Scollo se le soltó la lengua en 1998, en un programa de televisión del canal 6 de Baradero. Quizás pensó que estaba en un talk show, de moda en esa época, y quiso confesar algo. Dijo que su nombre figuraba en el Nunca Más. Admitió, en tono canchero, que había estado a cargo de un operativo en la estación de trenes de Campana. Recordó que llevaba una “carpeta negra que contenía la documentación del personal subversivo”. Y que esos operativos eran “rutinarios”. “Gracias a todo eso hoy vivimos en democracia”, le contó Scollo a un periodista del canal.
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El legajo militar de Scollo revela que prestó servicios en el Ejército entre 1975 y 1984. En sus fojas de servicio consta que el 18 de marzo de 1975 fue destinado al Regimiento de Infantería Nº 8 de Comodoro Rivadavia. Fue con el grado de cabo. Y desde marzo de 1979 hasta noviembre de 1981 fue cabo primero en la Compañía Policía Militar 121 de Rosario. Y desde diciembre del ’81 hasta un mes antes del regreso de la democracia cumplió funciones en el Batallón de Arsenales 101 de Villa Martelli.
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Acá no pasó nada
Por Romina Morua

¿Qué sabemos de Abel César Scollo? Algunos sabrán que se trata de un hombre que ejercía el periodismo en una radio, FM Tiempo, en su pueblo, Baradero. Otros recordarán los incidentes en ese mismo lugar, donde dos jóvenes fallecieron en un accidente de tránsito, y ‘El Chancho Tirador’ – su apodo ya es todo un indicio – dio rienda suelta a su lengua. “Falta presencia policial, hay que restablecer el orden”, pedía desde los medios de comunicación.
Quizás pocos tengan conocimiento que los represores, como ‘El Chancho Tirador’, gozan de una verdadera puerta giratoria judicial. Si, como están leyendo. El ‘señor’ está imputado como partícipe necesario de nueve secuestros, ocho casos de torturas, cinco homicidios, cuatro robos calificados y seis allanamientos ilegales cometidos durante la última dictadura. Se preguntarán ¿este devenido periodista, está preso? Lamento decirles que no. Resulta que en la indagatoria no declaró y fue premiado con una excarcelación, y acá señores y señoras no pasó nada.

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